QUERIDO AMIGO

Querido amigo:

cuando recibas esta carta estaré sentado en mi pequeño planeta. Mi hermosa rosa se estirará desde su parterre y esbozará una sonrisa tan solo como ella es capaz de hacerlo, ¡qué hermosa es!

Sigo deshollinando mis volcanes, no sea que algún día entren en erupción y sigo manteniendo a raya a mis baobabs. La vida en el Asteroide B612 sigue siendo apacible y tranquila.

Hace mucho tiempo que dejé tu hermoso planeta y echo de menos sus puestas de sol, sus amaneceres, el sabor de la comida recién cocinada y la frescura del agua cuando tengo sed. Y sobre todo echo de menos a aquel zorro que supo domesticarme y a vosotros, los humanos, que sois capaces de realizar tan hermosas y a la vez tan oscuras cosas.

Mi carta es para invitaros a un viaje especial. Me gustaría que fuerais capaces de conocerme y a la vez de conoceros. Es por eso que os invito a adentraros en mi mundo. Un mundo pequeño, hecho a mi medida. Os invito a leer y os invito a comunicaros conmigo. Recibiréis mis cartas a medida que leáis el libro, a las que espero contestación.

Disfrutad de la lectura, como yo disfruto de mis numerosas puestas de sol.

Un saludo.

El Principito.

lunes

CURIOSO EL PLANETA TIERRA...

Una vez en la Tierra, el principito quedó sorprendido al no ver a nadie. Pensaba para sí haberse equivocado de planeta cuando de pronto, fue sorprendido por un anillo color  de luna que se revolvía en la arena.
-Buenas noches-dijo el principito.
-Buenas noches-contestó la serpiente.
-¿Puedes decirme en qué planeta me encuentro?-interrogó el principito.
-En la Tierra, exactamente en África-respondió amablemente la serpiente.
-¡Ah!... ¿Está despoblado el planeta?
-Ocurre que has caído justo en el desierto. Es común que en los desiertos no haya nadie. Pero, la Tierra es grande...-dijo la serpiente.
Sentándose sobre una piedra, el principito levantó su mirada hacia el cielo:
-Me pregunto -dijo- si las estrellas están encendidas a fin de que cada uno pueda encontrar la suya algún día.  Mira mi planeta.  Está justo sobre nosotros... Pero, ¡qué lejos está...!
-¡Qué hermoso es!-exclamó la serpiente-, ¿qué haces por aquí?
-Estoy algo enfadado con una flor-dijo el principito.
-¡Ah!, comprendo...-dijo la serpiente.
Y se quedaron en silencio.
-¿Dónde están los hombres?-quiso averiguar el principito- Se está un poco solo en el desierto...
-Con los hombres también se está solo -dijo la serpiente.
Después de mirar largo tiempo a la serpiente:
-Eres un animal raro-dijo el principito. Delgado como un dedo...
-Pero soy más poderoso que el dedo de un rey-respondió con cierto orgullo la serpiente.
-No eres muy poderoso...Ni siquiera tienes patas...., no puedes viajar...
-Puedo llevarte más lejos  que un navío-agregó sorprendiendo al principito, mientras se enroscaba alrededor de su tobillo.
-A quien toco, lo vuelvo a la tierra de donde salió. Pero tú pareces diferente..., eres puro y vienes de una estrella...
El principito nada decía.
-Me das lástima, tú, tan débil, sobre esta tierra de granito. Puedo ayudarte si algún día extrañas demasiado a tu planeta. Puedo....
-¡Oh! ¡Claro que sí! Te he comprendido muy bien-dijo el principito- Sólo una cosa... ¿por qué hablas siempre con enigmas?
-Yo los resuelvo todos-contestó presurosa la serpiente.
Y se quedaron en silencio.





El principito atravesó el desierto y no encontró más que una flor. Apenas si tenía tres pétalos...
-Buenos días-saludó cortesmente el principito.
-Buenos días-contestó la flor.
-¿Dónde están los hombres?-preguntó el principito.
Alguna vez la flor había visto pasar una caravana..., una en toda su vida.
-¿Los hombres? Creo que existen  seis o siete. Los he visto hace muchos años y nunca se sabe donde encontrarlos. El viento los lleva. No tienen raíces. Les molesta mucho no tenerlas.
-Adiós-dijo  el principito.
-Adiós-dijo la flor.

El principito subió a una alta montaña. Las únicas montañas que  había conocido eran los tres volcanes que le llegaban a la rodilla. El volcán apagado lo utilizaba como taburete.
Se dijo: "Desde una montaña tan alta como ésta, seguro que veré de un sólo golpe el planeta con todos sus habitantes..." Sólo vio puntas de rocas bien afiladas.
-Buenos días-dijo al azar el principito.
-Buenos días... Buenos días... Buenos días...-respondió el eco.
-¡Quién eres?-preguntó interesado el principito.
-Quién eres... quién eres... quién eres...-respondió el eco.
-Sed mis amigos... estoy solo-dijo el principito.
-Estoy solo... estoy solo... estoy solo-prosiguió el eco.
¡Qué planeta tan raro!-pensó para sí el principito- Es seco, puntiagudo y salado. Los hombres no tienen imaginación. repiten y repiten todo lo que escuchan... En  mi casa tenía una flor y siempre era la primera en hablar...


Pero sucedió que el principito, habiendo caminado largo tiempo a través de arenas, de rocas y de nieves, descubrió al fin una ruta. Y todas las rutas van hacia la morada de los hombres.
-Buenos días-esbozó el principito.
Era un jardín lleno de rosas.
-Buenos días-respondieron al saludo las rosas.
El principito las observó detenidamente..., todas eran semejantes a su flor.
-¿Quiénes sois?-preguntó sorprendido el principito.
-Somos rosas-contestaron las rosas.
-¡Ah!-exclamó el principito.
Y se sintió muy desdichado. Su flor le había contado que era  la única de su especie  en el universo. Y he aquí que había cinco mil, todas semejantes, en un solo jardín.
"Se sentiría seguramente avergonzada si viera esto, se dijo; tosería un buen rato y simularía morir a fin de evitar el ridículo. Yo debería aparentar protegerla, pues para humillarme aún más, llegaría hasta el extremo de dejarse morir..."
Luego, se dijo aún:"Me creía rico al poseer una flor única en su especie, y no se trata más que de un ejemplar ordinario. La rosa y mis tres volcanes que no pasan de mis rodillas, de los cuales uno está apagado para siempre. Verdaderamente, no soy un gran príncipe...". Y tendido sobre la hierba, lloró.

No hay comentarios:

Publicar un comentario